jueves, 12 de marzo de 2009

Bolonia, una de cal y otra de arena

Fuenlabrada, 12 de marzo de 2009. El “plan Bolonia” se impone poco a poco en las universidades europeas, pero llega de la mano de numerosas críticas. Los poderes públicos defienden la instauración de este nuevo método. Argumentan que homologará la totalidad de titulaciones europeas. El euro vino a hacer algo similar, y ha funcionado en ese aspecto, pero no vino exento de problemas como lo está haciendo este proceso.

En el otro lado se sitúan gran parte de los estudiantes. Se quejan de una privatización encubierta de la enseñanza y de un mayor control por parte de las empresas. Sin embargo, es para éstas para quien finalmente han de trabajar tras abandonar las facultades. Es lógico pensar que han de aprender desde sus estudios universitarios cómo posteriormente tendrán que actuar en su ámbito laboral.

Pero este sector no está del todo desencaminado en sus reivindicaciones. Otra de las razones que exponen en contra del plan es la casi obligación de cursar un máster al terminar los pertinentes grados. La formación, en muchos casos, no estará completa si no se tiene uno de estos estudios de postgrado en el currículum, lo que supone un gasto muy superior al que pueden permitirse muchas familias. El Gobierno argumenta que ha aumentado el número de becas disponibles para los alumnos, pero aún así aún queda lejos de las posibilidades de muchas familias de estudiantes. Bolonia trae consigo grandes avances, pero también problemas de gran calado. Los poderes públicos aún están a tiempo de escuchar algunas, aunque no todas, de las reivindicaciones que se está haciendo a este nuevo plan educativo.


José Manuel Álvarez Canales

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